miércoles, 9 de enero de 2013

Uno de los nueve....San Felipe


Tal y como decíamos hace unos días, nueve de los apóstoles de Jesús deben ser estudiados a la luz de las leyendas populares pues, biblia, no se encargó de contarnos que paso con ellos. Este hecho resulta muy extraño y no es un error menor de parte de los copistas griegos encargados de la Vulgata, es decir la transcripción de los textos hebreos que llegaron a nosotros. Es entendible que, para cimentar la religión fuese importante resaltar el trabajo de dos de ellos, Pablo y Pedro y para apaciguar las ferocidades romanas se “incorporara” un traidor a la historia que demostrara que Jesús, fue entregado y asesinado por los judíos, evitando así, los resquemores que existían entre Roma y Grecia en torno a las religiones aceptadas. Este último detalle será estudiado con detenimiento en el siguiente post, allí veremos quién era en realidad Judas Iscariote o, mejor debería decir “que era” en realidad Judas Iscariote. Pero estábamos con los nueve restantes.
La lista de los desaparecidos es: * Andrés, hermano de Pedro.
* Jacob, Jacobo, Santiago el hijo de Zebedeo o Santiago el Mayor.
* Juan, el menor de los doce, también hijo de Zebedeo (por tanto, hermano de Santiago el Mayor).
* Felipe de Betsaida.
* Bartolomé, llamado también Natanael de Caná.
* Tomás (llamado Dídimo o Mellizo).
* Mateo, el publicano (recaudador de impuestos para los invasores romanos).
* Santiago el Menor o Santiago el de Alfeo.
* Judas Tadeo.
* Simón el Cananeo, el Celador o Zelote (guerrillero).
* Matías, el sucesor de Judas, elegido a la suerte en el monte de la sangre, Cito, Hechos 1, 12-26

Aquí nos asalta un problema mayor: Si quitamos a Pedro, a Pablo y a Judas  nos quedan…”once”.., ¿Cómo Once? ¿No eran doce? Menos tres nueve, MILAGROOOOO .
O Leonardo no tenía ligar en el lienzo o me sobran dos…no, no sobran. Los apóstoles eran catorce, pero las tribus de Judá eran doce, entonces, como juego de palabras, los copistas griegos llevaron el número de las tribus de Judá a la cantidad de primeros seguidores de Jesús. Este no es un hecho aislado en la transcripción de la Biblia, en varias oportunidades se modificaron los textos originales o se ocultaron, deliberadamente como para que,profesias y precogniciones de santos varones coincidieran de alguna manera, por ejemplo el tema de las edades se los padres del desierto: Todas las edades que nos sorprenden ,como las de Matusalem,Jonoboas,Samuel, etc,si se dividen por doce nos dan un numero aceptable; las 144 tribus que se mencionan en el Viejo testamento surgen de doce por doce, y así con cada número exagerado del viejo testamento. Ocurre que los profetas tenían al número doce como numero perfecto y, los griegos de la Vulgata, no queriendo contradecir a las profecías, multiplicaban por doce o simplificaban en doce, como el caso de los apóstoles.


Comencemos la búsqueda aleatoriamente: Felipe de Betsaida.


Felipe era natural de Betsaidos, en el Lago de Genesaret (Juan 1, 44). También él estaba entre los que rodeaban al Bautista cuando éste señaló por primera vez a Jesús como el Cordero de Dios. Al día siguiente de la llamada de Pedro, cuando estaba a punto de partir para Galilea, Jesús de Nazaret se encontró con Felipe y le llamó al Apostolado con las palabras, “Sígueme”. Felipe obedeció la llamada, y poco después trajo a Natanael como nuevo discípulo (Juan 1, 43-45). Con ocasión de la selección y envío de los doce, Felipe está incluido entre los Apóstoles propiamente dichos. Su nombre figura en el quinto lugar de las tres listas (Mateo, 10, 2-4; Marcos, 3, 14-19; Lucas, 6, 13-16) detrás de las dos parejas de hermanos, Pedro y Andrés, Santiago y Juan. El Cuarto Evangelio registra tres episodios referentes a Felipe que ocurrieron durante la vida pública del Salvador: Antes de la milagrosa alimentación de la multitud, Cristo se vuelve a Felipe con la pregunta: “¿Cómo vamos a comprar pan para que coman estos?” a lo que responde el Apóstol: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco” (6, 5-7). Cuando algunos paganos en Jerusalén vienen a Felipe y le expresan su deseo de ver a Jesús, Felipe informa del hecho a Andrés y luego ambos llevan la noticia al Salvador (12, 21-23). Cuando Felipe, después de que Cristo hubiera hablado a sus Apóstoles de conocer y ver al Padre, le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y nos basta”, recibe la respuesta: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (14, 8-9).



Estos tres episodios nos proporcionan un esbozo consistente de la personalidad de Felipe como hombre ingenuo, algo tímido, de mente juiciosa. Ninguna característica adicional se da en los Evangelios ni en los Hechos, aunque se le menciona en esta última obra (1, 13) como perteneciente al Colegio Apostólico. La tradición del Siglo II referente a él es insegura, tanto más cuanto que se registra una tradición similar respecto a Felipe el Diácono y evangelista, un fenómeno que debe ser resultado de una confusión causada por la existencia de dos Felipe. En su carta a San Víctor, escrita hacia 189-98, el obispo Polícrates de Éfeso menciona entre las “grandes lumbreras”, a quienes el Señor buscará “el último día”, a “Felipe, uno de los Doce Apóstoles, que está enterrado en Hierópolis con sus dos hijas, que llegaron vírgenes a la vejez”, y una tercera hija, que “llevó una vida en el Espíritu Santo y descansa en Éfeso”. Por otro lado, según el Diálogo de Cayo, dirigido contra un montanista llamado Proclo, éste afirmó que “hubo cuatro profetisas, las hijas de Felipe, en Hierópolis en Asia donde aún está situada su tumba y la de su padre”. Los Hechos de los Apóstoles (21, 8-9) en realidad mencionan cuatro profetisas, las hijas del diácono y “Evangelista” Felipe, como viviendo entonces en Cesarea con su padre, y Eusebio, que da los extractos arriba citados (Hist. Eccl., III, xxxii), refiere a éste último la afirmación de Proclo.



La afirmación del obispo Polícrates tiene en sí misma más autoridad, pero es extraordinario que se mencione a tres hijas vírgenes del Apóstol Felipe, dos enterradas en Hierópolis, y que el diácono Felipe haya tenido también cuatro hijas, y que se diga que hayan sido enterradas en Hierópolis. Aquí también quizá debemos suponer que se haya producido una confusión entre los dos Felipe, aunque es difícil decidir cuál de los dos, el Apóstol o el diácono, fue enterrado en Hierópolis. Muchos historiadores modernos creen que fue el diácono; sin embargo, es posible que el Apóstol fuera enterrado allí y que el diácono también viviera y trabajara allí y fuera allí enterrado con tres de sus hijas y que estas fueran después erróneamente consideradas como hijas del Apóstol. Los apócrifos “Hechos de Felipe”, también se refieren a la muerte de Felipe en Hierópolis. Los restos del Felipe que fue enterrado en Hierópolis fueron más tarde trasladados, como los del Apóstol a Constantinopla y de allí a la iglesia de los Dodici Apostoli de Roma. La fiesta del Apóstol se celebra en la Iglesia Romana el 3 de mayo junto con la de Santiago el Menor, y en la Iglesia Griega el 11 de diciembre.



                                                         Museo del Prado  San Felipe

Esta investigación nos conduce a varias discusiones .Si damos crédito a lo dicho por Policrates, que no tenía ninguna necesidad de falsear lo dicho pues no escribía para la posteridad si no para sus coetáneos, Felipe tenía dos hijas dedicadas a la vida religiosa pero, la tradición del siglo II nos habla de tres .Y también es confuso el lugar donde descansan sus restos .La Iglesia primitiva ni lo menciona y, si lo sabemos es por tradición oral. Pero Proco nos señala cuatro hijas y nace la confusión: ¿estaban hablando del Felipe de la ultima cena o del “diacono Felipe”, un personaje que nada tiene que ver con las escrituras pero aparece tardíamente en la historia, en Turquía a partir del siglo II?, a nadie, excepto a la arqueología le importo .Entonces tenemos en el santoral dos fiestas dedicadas a san Felipe, en la Iglesia Romana el 3 de mayo y en la Griega  el 11 de Diciembre.
¡de que murió? Nadie lo sabe.No consta que fuese matirizado o asesinado .Suponemos que por su avanzada edad,la que desconocemos.Ahora bien,siendo un personaje tan importante en la vida apostolica de Jesus,¿Por qué la Santa Madre Iglesia lo dejo abandonado? A tal grado que se lo confunde en la historia con otro Felipe,apenas un diacono que jamas camino a lado de Jesus…
Solo la Iglesia tiene la respuesta…si no la perdieron ya.

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